Los caballitos de mar son fascinantes peces marinos pertenecientes a la familia de los Singnátidos y al orden de los Gasteristeuformes. Es un tipo único de vertebrado, emparentado con la aguja de mar, que suma unas 35 especies distintas y que se encuentra presente en casi todos los mares del mundo, cerca de las costas, en praderas de algas de aguas cálidas y tranquilas.
El caballito de mar nada erguido, impulsado por una ondulante aleta dorsal. Las pequeñas aletas pectorales le ayudan a deslizarse de costado. Su cola le permite agarrarse a las algas, de tal manera que no se los lleve la corriente o como simple método para esconderse de posibles depredadores. Los peces aguja, al igual que sus "primos" los caballitos de mar, nadan con sus aletas dorsales.
El caballito de mar o "hippocampus", es empleado en pócimas de la medicina tradicional china, pese a engrosar la lista de especies en peligro de extinción de la
Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza.
Se le suponen extraordinarias propiedades curativas para luchar contra la
impotencia y la incontinencia urinaria, entre otros males.
Además, la mortalidad de los caballitos de mar cuando son alevines es muy grande; no obstante todos aquellos que lleguen a la edad adulta podrán desarrollar miles de crías nuevas.
Por otro lado, la reproducción de los caballitos de mar es toda una curiosidad, ya que tras el cortejo entre el macho y la hembra, ésta traspasa los huevo a la bolsa ventral del macho. Allí se guardan hasta el nacimiento de las crías, unas tres ó cuatro semanas después.
La alargada forma de los peces aguja les permite un singular camuflaje. Enredados
en las algas. Al igual que los caballitos de mar, los peces aguja nadan y descansan en una posición erguida, de tal manera que es muy difícil detectarlos.
Aunque parezcan extremadamente débiles y delicados tienen un duro revestimiento externo que limita sus movimientos.
Por otro lado, la reproducción de los caballitos de mar es toda una curiosidad, ya que tras el cortejo entre el macho y la hembra, ésta traspasa los huevo a la bolsa ventral del macho. Allí se guardan hasta el nacimiento de las crías, unas tres ó cuatro semanas después.
La alargada forma de los peces aguja les permite un singular camuflaje. Enredados
en las algas. Al igual que los caballitos de mar, los peces aguja nadan y descansan en una posición erguida, de tal manera que es muy difícil detectarlos.
Aunque parezcan extremadamente débiles y delicados tienen un duro revestimiento externo que limita sus movimientos.
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