Triceratops (del griego tri-/τρι- ="tres", kéras/κέρας ="cuerno", y -ōps/-ωψ ="cara";[1] "cara de tres cuernos'") es un género de dinosaurios ceratopsianos ceratópsidos, que vivieron a finales del período Cretácico , hace aproximadamente 68 y 65 millones de años, en el Maastrichtiano, en lo que hoy es Norteamérica. Es uno de los últimos géneros en aparecer antes del gran evento de extinción masiva del Cretácico-Terciario.[2] Llevaba un gran volante del cuello óseo y tres cuernos en su cuerpo grande sobre cuatro fornidas patas, y con semejanzas en aspecto con el moderno rinoceronte, Triceratops es uno de los más reconocidos de todos los dinosaurios. Aunque compartiera el territorio con y fuera cazado por el temible Tyrannosaurus,[3] no esta claro si los dos lucharon de la manera representada a menudo en exhibiciones del museo o en imágenes populares.
Aún no ha sido encontrado un esqueleto completo de Triceratops,[4] aunque la criatura está bien documentada por numerosos restos parciales recogidos desde la introducción del género en 1887. La función de sus volantes y los tres cuernos faciales distintivos ha inspirado largas discusiones. Aunque se vean tradicionalmente como armas defensivas contra depredadores, las últimas teorías proponen que es más probable que estas características fueron utilizadas durante el cortejo sexual y exhibiciones de dominancia, como la cornamenta de los modernos reno, cabra blanca, o escarabajo rinoceronte.[5]
Triceratops es el mejor conocido de los ceratópsidos, pero la colocación exacta del género dentro del grupo ha sido sin embargo un punto de discusión entre los paleontólogos. Dos especies, T. horridus y T. prorsus, son actualmente consideradas válidas, aunque muchas otras han sido descritas. Recientes investigaciones parecen apuntar a que el conocido ceratópsido, Torosaurus, representa una forma completamente madura de Triceratops más que un género aparte.[6
El tamaño de los individuos de Triceratops se estima entre los 7,9 y 9 metros de largo y 2,9 a 3 de altura.[7] [8] Los Triceratops eran animales herbívoros, recios y voluminosos, pesaban entre 6,1 y 12 toneladas.[9] [10] Lo más distintivo era su gran cabeza, una de las más grande de todos los animales terrestres. Pudo haber medido alrededor de 2 metros de largo,[5] y casi podía alcanzar un tercio de la longitud total del animal.[4] Sólo tenia un cuerno en el hocico, sobre las narinas, y un par de cuernos de aproximadamente 1 metro de largo, sobre cada ojo. En la parte trasera del cráneo tenia un volante relativamente corto y óseo. La mayoría de los otros ceratópsidos tenían grandes fenestras en sus volantes, mientras que los de Triceratops eran totalmente sólidosEl Triceratops tenia un cuerpo robusto y poderoso, caminado sobre sus cuatros extremidades que eran muy fuertes y con los dedos de la mano con cinco dedos y cuatro en los de los pies, todos formando un fuerte casco.[11] Se movían sobre sus cuatro gruesas patas; las delanteras destacaban por su fuerza, ya que debían soportar el peso de un cráneo de dimensiones desproporcionadas. Aunque ciertamente cuadrúpedo, la postura de estos dinosaurios ha sido objeto de largo debate. Originalmente se creyo que las piernas delanteras del animal tuvieron que estar dispuestas en ángulos desde el tórax para mejorar soporte
del peso de la cabeza.[5] Esta posición se puede ver en las clásicas pinturas de Charles Knight y Rudolph Zallinger. Sin embargo, evidencia iccologica en forma de vías de huellas de ceratópsidos, y las reconstrucciones recientes de esqueletos tanto reales como digitales parecen demostrar que Triceratops mantuvo una postura vertical durante la locomoción normal, con los codos arqueados levemente hacia fuera, en un estado intermedio entre completamente verticalmente y completamente arqueado, como en el rinoceronte moderno.[12] [13] Esta conclusión no imposibilita un paso arqueado para las confrontaciones o Desde su coronilla y extendiéndose sobre el cuello, Triceratops poseía un collarín óseo, en el que se desplegaba una capa de piel, profusamente irrigada por numerosos vasos sanguíneos, de lo que se tiene cuenta dada las improntas que estos capilares dejaron en el hueso fósil. Erróneamente se pensó en la antigüedad que este collarín cumplía una función defensiva para el animal, lo que ha sido descartado recientemente dada la fragilidad del collarín, que no constituía una placa ósea lo suficientemente solida y completa. Algunos paleontólogos incluso han llegado a sugerir que una lesión en dicho collarín puede haber resultado en extremo nociva para el animal, dada su alta irrigación sanguínea. Entre las numerosas funciones que se han atribuido a esta formación ósea, se encuentran las de termoregulación y de exhibición tanto sexual como defensiva, fundadas en la circulación sanguínea del animal. En el primer caso, actuando como una vela similar al caso del Spinosaurus, y en las segundas alternativas, debido al enrrojecimiento que supuestamente habría adoptado el collarín al aumentar el flujo sanguíneo, como en las placas del Stegosaurus. La piel del animal era gruesa y presentaba unas pequeñas protuberancias que se diseminaban por su cuerpo de manera irregular.alimentarse.
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